La realidad es que las grasas son indispensables en una alimentación balanceada y cumplen funciones muy importantes en el organismo. Aquí te contaremos cuáles son.
¿De dónde viene el temor a las grasas?
La realidad es que las grasas son altamente calóricas, pero esto no quiere decir que sean malas. Así como cualquier alimento, se trata de consumirlas en moderación y elegir las que sean mejor para tu cuerpo. Las grasas son claves para almacenar energía, producir hormonas y absorber vitaminas liposolubles como la D, E, K y A.
¿Por qué es importante consumir grasas?
El consumo moderado de grasas sanas mantiene en control el colesterol conocido como colesterol malo y ayuda con el mantenimiento y aumento del colesterol bueno en sangre, elemento que es de gran importancia para la producción de hormonas y vitamina D. Además, evita infecciones relacionadas con el sistema sanguíneo y corazón.
¿Cómo identificar las grasas buenas?
Todos los alimentos que aportan grasa tienen una combinación de ácidos grasos, saturados e insaturados. Lo que los diferencia es la cantidad que predomina en cada alimento.
Las grasas saturadas son las grasas conocidas como malas, y provienen principalmente de:
- Grasa animal.
- Mantequilla.
- Queso.
- Carne grasa.
- Yema de huevo.
- Aceites vegetales como el de coco o palma.
Es importante que tengamos un consumo moderado de estos alimentos, pues su consumo excesivo se puede relacionar con algunas enfermedades.
Las grasas insaturadas son las conocidas como buenas, y provienen de alimentos como:
- Aceite de oliva.
- Frutos secos y semillas.
- Pescado azul.
Estas son las grasas que deberían primar en nuestra alimentación cotidiana, pues su consumo trae beneficios para nuestra salud. En una alimentación balanceada, un 25-30% debería provenir de las grasas, pues también nos aportan minerales, vitaminas y fibra.
Esperamos que esta información te ayude a tomar decisiones conscientes sobre tu alimentación para que sigas construyendo una vida en armonía.