Una poderosa razón para perdonar

“No perdonar, es como tomarse una botella de veneno esperando que al otro le haga daño”. Uno de mis mentores me dijo un día: “Si tus recuerdos no fueran imágenes sino aromas, ¿qué tan bien olería tu interior?” Con eso me bastó para tomar acción.

Siempre crecí en entornos difíciles de esos que te dan buenas razones para guardar rencor y aplicar la lógica humana de: Yo perdono pero no Olvido. Con el tiempo, comprendí que guardar rencor y resentimiento solo representaba un exceso de equipaje en mi vida. Entendí que el espacio que estaba ocupando el recuerdo de personas o situaciones que no había sanado, no le daba el lugar a mis sueños.

Te propongo un ejercicio: imagina que la vida es como un viaje en tren; en cada estación, la vida te permite que suban o se bajen personas.Piensa en que hay recuerdos en el viaje de tu vida que ya cumplieron su propósito y ciertamente te generan dolor. Tú insistes en que continúen ocupando un lugar en uno de los vagones del viaje de tu vida.

Ahora observa tu mapa de destino y descubre que dos estaciones más adelante la vida te ha elegido para bendecirte y hacer realidad tu sueño. Ahora sabes que estás a dos estaciones de vivir una experiencia significativa. ¿Qué harás entonces para liberar espacio en tu interior?

¿Acaso no sería lamentable negarle a tu Alma todas las posibilidades que tiene por que tu mente se niega a entregar? Déjame ser ese empleado de estación que, en el mapa de tu destino, te anuncia que aún estás a tiempo de recibir bendiciones en tu vida. Y tú me respondes:

•No puedo olvidar lo que me sucedió ¿Cómo puede ser posible que lo olvide?
•Y yo te respondo:
•¿Y quién te dijo que perdonar es olvidar? Si olvidas pierdes la oportunidad de aprender. Tú no eres lo que te sucede; eres lo que decides hacer con lo que sucede. Se le llama experiencia y es necesaria para continuar.
•Entonces ¿Qué es perdonar? – me preguntas de nuevo –
•Perdonar es recordar sin dolor ¡Hazlo! perdona, pide perdón y perdónate.
•Tu vida en armonía merece esa oportunidad, esos nuevos espacios y aromas. Tómatelo personal y déjame hacerte esa misma pregunta: “Si tus recuerdos no fueran imágenes sino aromas ¿Qué tan bien huele tu interior?